Gresa llegó a nuestro refugio de Palencia desnutrida, muy débil, con filaria y a punto de dar a luz. Pero Gresa tuvo suerte y gracias a Galgos Espoir dio con la maravillosa casa de acogida de Annie, que cuidó de ella y los bebés. Todos los peques acabaron encontrando buenas familias en Francia, y Gresa se quedó finalmente adoptada con Annie.
¡Muchísimas gracias a Annie y a Galgos Espoir por hacer que Gresa acabara teniendo un final feliz! Más información en http://le-val-de-laurenciane.over-blog.fr/ y http://www.galgosespoir.com/.